Si nota que su bombilla LED se quema con más frecuencia de lo normal, podría ser el momento de considerar la sustitución de la bombilla por completo.
Una bombilla fundida suele indicar que el filamento se ha sobrecalentado y está empezando a fallar. En la mayoría de los casos, es mejor reemplazar la bombilla por completo en lugar de tratar de salvarla empalmando un nuevo filamento.
Una de las maneras más fáciles de saber si una bombilla LED está quemada es buscando un casquillo quemado. Se trata de pequeños casquillos que envuelven la base de la bombilla y protegen los componentes internos de los impactos y el abuso físico.
Cuando la bombilla funciona con normalidad, suelen aparecer intactos y sin daños; sin embargo, en cuanto el filamento empieza a fallar, comienzan a desintegrarse y se vuelven negros. Si ve varios casquillos en su lámpara LED, es un indicador de que toda la lámpara debe ser reemplazada.